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sábado, 31 de agosto de 2019

Imprenteros y poetas del Distrito de Guaminí

Se dieron casos de Directores de periódicos – imprenteros – poetas, que aprovecharon los espacios que ellos mismos construían para difundir sus obras, nos explica el historiador Eduardo Hiriart, al enviarnos este valioso material con relevancia histórica.

 Emilio Riolffi, uno de ellos, no se contentó con solamente eso, sino que en Guaminí llegó a utilizar su taller para editar por lo menos dos libros, uno de poesías y una novela.
Queja Gaucha... J. Emilio Riolffi
De “El trevolar de mi jardín” Impreso en Talleres Gráficos Nuevos Rumbos, Guaminí, 1926 (fragmento)

Yo fuí tu trovero amante

Hermosa flor de mi pampa.

el que paseara su estampa

Presumido y arrogante,

Yo fui el criollo galante

Que desafiando el rigor

A más de un payador

Que quiso elogiar tu gracia

Lo arrinconó en la desgracia

Con la décima mejor...


Y, hoy... ya ves!... ya no soy nada

Por tu capricho y mi sino,

Soy un caldén del camino

Recordando una jornada...

Soy una triste enramada

Sin frescura y sin verdor,

Soy un vencido cantor

Con guitarra sin cordaje...

Soy el último “salvaje”

Que se murió por tu amor!

Otro caso similar de auto difusión, pero sin libros conocidos, es Adolfo G. Rivas, propietario de la imprenta Coronel Freyre y periódico El Pueblo:

Las floristas

Para E. A.

Eres tú linda florista

la más bella mascarita

que tiene este carnaval

porque en tu gracia divina

arrojas la serpentina

de tu atracción natural.


Cuando me distes la flor

blanca como tú, en color

suave como tus cabellos,

me estremecí de alegría

porque en tus ojos ponías

mucho amor y mucho celo.


Pensé, si este carnaval

fuera eterno en su reinar

con tan lindas mascaritas

yo cultivaría un rosal,

y en él te haría declarar

la reina de “las floristas”.

Foldoag Baris
Norberto C. Bidart cultivaba un estilo campero, con algunos textos muy extensos dedicados a la llanura, el gaucho y el caballo:

Incertidumbre (fragmento)

Relinchando está un oscuro

Amarrado en el palenque,

Y el gaucho con su rebenque

En la cocina. Seguro

Que se encuentra en gran apuro

Porque con la lonja azota

La fuerte y lustrada bota

Que enmudece ante el castigo,

Esperando que su amigo

No vacile en la derrota.

Carnaval inspirador


El carnaval era musa inspiradora para muchas composiciones:

Bajo el antifaz

Son los días, muchachita

de mi pueblo, mascarita

que pretendes ser locuaz;

en que ocultan, rostros tantos,

la alegría de un encanto

que se aburre en el disfraz.


Dónde vas con tu carita,

enjabelgada y contricta,

que pugna por no llorar?:

Mueca que emana bonanzas

y habría desesperanzas

que quisieras ocultar.


Yo comprendo, muchachita

de mi pueblo, mascarita

del aburrido disfraz;

que el carnaval de la vida

ha puesto en tu alma una herida

que sangra en el antifaz.

EL JILGUERO

Y existe un caso especial en nuestro pueblo en cuanto al tipo de material que se publicaba. Una familia muy interesante de músicos, compositores y arreglistas, presentó en distintos periódicos, las obras que lograban algún éxito.

“Vuelo Celestial”, tango canción con letra de Ernesto O. Rossi (Tití) y música de su padre, Ernesto A. Rossi (fragmento):


“La pobre obrerita ha caído enferma

Y el doctor le ha dicho que se sanará,

Pero sus colores se van disipando

Junto con su vida, que también se va...

Algunos han dicho q’ el mal q’ ella tiene

Con las medicinas no se curará;

Porque la obrerita de amor está enferma

Y quizás ya nunca se levantará.

Sin caer en el análisis literario, en la búsqueda inútil de supuestos valores escondidos, es evidente que el rol de editores y difusores de las letras, es uno más de los tantos y tan valiosos que ha cumplido el periodismo de campaña, oxigenando en muchos casos los cerebros de las personas que, viviendo en pequeñas poblaciones alejadas de los grandes centros de difusión cultural, pasaron sus vidas laboriosas luchando en contra de la característica y forzosa “chatura pueblerina”.